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ResponderEliminarLA POESÍA ME HACE AFORTUNADA
ResponderEliminarVIDA
ResponderEliminarMe alcanza el error
me toma de las manos
al fondo
la soledad se precipita.
Es sagrada su concurrencia
me entrega lienzos
que por azar
me pertenecen.
he aprendido
a mirar
en amplias superficies
al Dios que reside en mi pupila
a este instante
que me convierte en embeleso
a este silencio
que lo es todo para mí.
poemas de AVE PARAÍSO
ResponderEliminarME PERMITO UN VUELO
Soy emisaria
elegida para compartir
los ayunos
el placer
y el canto.
Imaginé de pronto
que pude haber sido fiel
pero el festín acústico
no es sólo gloria del campamento
un silencioso testigo
goza el privilegio del abandono.
Tras saludar brevemente
frágil y ligera
me permito un vuelo.
DUALIDAD
ResponderEliminarGran acierto este andar
a veces como el fuego
escojo el diálogo
para historias de amores.
La ceremonia concibela otra voz
íntimamente asociada
a una vena que no cesa de fluir.
Lo mismo sucede con los amantes
definidos en una etiqueta.
La dualidad es necesaria
en un destino movedizo
el amor es la hostia
que escapa hacia otra integridad
complacida por el desvío de las pasiones.
Los gestos quedan huérfanos
y se asilan en la serranía
la montaña redentora
abre trechos a las promesas fallidas
y al alma dividida.
HABLARÉ DEL AMOR
ResponderEliminarPor nada en este mundo
dejaré que la ilusión
inhale indiferencia.
Un beso impecable
teñido de flujos
jamás lo dejaré partir
sin que la ilusión lo aborde.
Mientras la vida pase
y los pájaros tengan fe
no seré yo el bálsamo
que libere cicatrices.
Mientras vaguen los oficios
no seré destino infértil
ni olvido del pálpito.
Soy el aplauso afortunado.
UN LARGO VIAJE
ResponderEliminarMe espera un bosque de pinos
presagio de mi corazón
quiero andar...
Iré por lugares
al margen de los instintos
caminaré por el centro
y con la omnipotencia de Dios avanzaré.
Aceptaré que los olores floridos
me lleven en orden
que la libélula vigile
una voz distante
con la certza de que el fuego
será el don de los días de lluvia.
Seré testimonio de los apetitos
y mi promesa será cumplida.
AXIOMAS
ResponderEliminarLa ley eterna del amor
es una plegaria
teje un credo
y viste al herido de júbilo.
Es laboriosa
de la fertilidad del río
y define al hombre como poesía.
Un nuevo día
es el coraje que da la vida
como una prolongación
de la nostalgia azul.
Celebrar con Dios
es una nueva lluvia
que cae sobre mí
predicando palabras hermosas.
Amarte
es mantenerme
como un árbol
prodigio que sostiene mi demora.
CONEXIONES
ResponderEliminarLibre de apegos
puedo rasgar el cielo
y dominar la libertad.
Asociar el verbo
honra la presunción
(cuando los poetas
sólo son telegramas
para domesticar los pesares)
Hoy quiero el vértigo
soñar con una página
que brote latente
y muera en la línea.
Quiero el extremo
y en dirección al viento
perderme en la escena
del cielo rasgado.
EL AMOR EN LA SONRISA
ResponderEliminarLa sonrisa
no siempre es intermitente
A veces
como los girasoles
se ofrece inclinada
dominante en el reverso.
Como los dinosaurios
no siempre es armónica
se ofrece con el deseo
de alcanzar una estrella.
El amor en la sonrisa
como una sinopsis
de las cosas que he vivido.
DESIERTO AMOR
ResponderEliminarLa vida me hizo distante
me aferró ciegamente al fervor.
Crecí hacia el ocaso
hacia el terreno de los desiertos
hacia el fluir de los propósitos
me hice fragil en la abundante arena.
Presentí vagamente
la certeza de la muerte
le hablé de los deseos
anidados en las huellas
le hablé del amor
de los anhelos
y del viento nocturno.
Le hablé de un cuerpo blando
sin más horizonte
que un confesado amor.
TÚ ERES MONTAÑA
ResponderEliminarTú montaña
donde yo surco las vías
para caminar sin rebelión.
Los venados condensan
el círculo de nuestro calendario.
La ronda me roba noches
añadidas a la lluvia
al sano pasaje de las estacas.
Tú montaña
con textura que deleita
el rigor del plano oblicuo
en aras de los frutos de la utopía.
Procesión de una larga mirada
que en mi memoria es una hojarasca.
Estación del sol
acertada como el hierro
la llama es una lengua en la cima
rastra que conquista la ceniza
mutación de mi cuerpo
en el cosmos que me aguarda.
TÚ ERES MONTAÑA
ResponderEliminarTú,montaña
donde yo surco las vias
para caminar sin rebelión.
Los venados condensan
el círculo de nuestro calendario.
La ronda me roba noches
añadidas a la lluvia
al sano pasaje de las estacas.
Tú ,montaña
con textura que deleita
el rigor del plano oblicuo
en aras de los frutos de la utopía.
Procesión de una larga mirada
que en mi memoria
es una hojarasca.
Estación del sol
acertada como el hierro
la llama es una lengua en la cima
rastra que conquista la ceniza
mutación de mi cuerpo
en el cosmos que me aguarda.
PERPLEJIDAD
ResponderEliminarLa vida corre
me deja absorta
Los ríos se entregan
sin conservar la añoranza de sus aguas.
Las aguas corren
hacia un mar que desnuda el alma
y la deja libre en las mareas.
En mis pupilas se derrama
la textura de un rayo
-Soy una plegaria entre bambalinas-
Las bendiciones fraguan el ocaso
en una señal de despedida
se las lleva el viento.
Asumo:
que en lugar de tenderme
el desamor sonríe
bajo el suelo
que ahora piso.
AL VIENTO LE DIJE QUE SÍ
ResponderEliminarMe impulsa la voz de los veranos
acto seguido
le hago reverencias
conservo aquellas mañanas
cuando mi devoción
era un agasajo al viento.
Tal situación
era un secreto en el vuelco de la tierra.
Mi yo era el viento
el viento era el suelo
el suelo era el diálogo
de aquella memoria.
Jadeo de la respiración
sellada en la hierba
espera del abril amante.
Al viento le dije que sí
solía entregarme el deslinde de su curso.
Los demás huían
pero en mí reposan las migajas de la tierra.
EL RÍO Y LA BORA
ResponderEliminarUn regimiento de color lila
desfila con justa distancia
comparten el goce las garzas
en un embarque jamás conocido.
Singular sensación
la de los peces
bajo el verde
que al cabo de un rato
será la gran casa lisa.
Viajera de los árboles:
Dónde será tu fin?
extraña similitud
con el arrime de las canoas
-embarcaciones que abrazan
tu llegada a los barrancos-
FANTASÍA
ResponderEliminarEl bosque determina el futuro
el equilibrio muere entre las libertades
los árboles miden los pasos.
Yo podría vivir esa vida
me alcanza una plegaria
divinidad de la tierra
silencio de la oscura condena.
Escucho la voz de mi hermano
en dirección a un sepelio
el mal de los desórdenes
no escapa a la memoria de las cumbres)
Acepto la vida
en un tiempo ambicioso
otra vez ese juego entre los árboles
tantas voces en la posteridad
cuerpo de la contaminación del mal.
Déjame pasar
a través del corazón
donde el amor no concilia
donde el ritmo es una norma.
LAS PIEDRAS LO SABEN TODO
ResponderEliminarLas piedras
nacen con los mártires
clavados en las ruinas
nacen de las grutas
abiertas a los milagros
de las murallas que cercan la vida.
Ellas,lo saben todo
no necesitan descubrir
ni vencer los miedos.
Echan raices en el silencio
encarnan el rostro de la eternidad
exhiben las huellas
lloran con la novedad
y cuelgan de los cuerpos.
Ellas ,lo saben todo
no se rinden ante el amor
y respiran en el aposento
de los tiempos bíblicos.
Ellas,saben que soy piedra
muda ante el estruendo
impresión del tránsito vital.
HAY UN SOL QUE MUERE EN MI
ResponderEliminarEs posible emprender una nota
que afine el ocio
abrirme en el espacio de un còdigo
que tome la inclemencia.
Es posible trazar un itinerario
evitar los lugares endebles
cuando el pulmòn es una pròtesis.
Hay una voz tibia
de pasos lentos
que registra el sopor.
Este tiempo afinado
fecunda mi soledad
bajo un sol que muere en mì.
PACIENTE ATARDECER
ResponderEliminarPuedo desertar con el horizonte
ha sido generoso
con el silencio de mi firmeza.
Puedo saber de los paisajes
que acarician al paraìso
desde siempre
el sortilegio de la libertad.
Pero una vez que haya iluminado
mis huellas
con los destellos de la luna
no tendrà reemplazo mi transiciòn.
Sin duda
serè fèrtil en los jardines
quizàs mi hermana
cultivarà mi aroma
ella,en su estadio particular de polvo.
EN LA PENUMBRA DE UN JARDÍN
ResponderEliminarEs la hora del gris
el cielo y el jardín hacen una sombra.
Las flores me atraen
al no tener luz
son largas y delgadas
y se inclinan con el retorno
del primer mandamiento.
La luna arroja
sus tímidas reminiscencias
la remesa es para mí:
-En el pálido jardín
nada desvive.
Fugaces lomos de delfines
en espera de furtivas manos
guardan lágrimas
para satisfacer la humedad.
Canales del alma
con placeres guardados
presumen la solemnidad del océano
hasta que un río vence los llantos
y arrastra los himnos de mi corazón y el tuyo-
RUTINA DE UN ESPÍRITU A LA HORA DE DORMIR
ResponderEliminarLa noche cede territorios
a mis párpados
Las aves en mis costados
reclaman singulares dotes
Laboriosas
sin medida
cantan en la legión del olvido.
Hoy mismo
seré un viaje sensual
reducida a una penetración
-cuando Dios es un misterio
y la palabra amor me sirve el café-
Ahora
la divinidad me ahoga
en el mundo verde
en el río
y en el poema que nunca termina
HABLARÉ CON LA LUNA
ResponderEliminarTe confieso mi destino
precepto de la noche
ante el rumbo que tomas
asomas mi pasado
Un quebranto necesario
expande tu luz
que de una forma total
es una gran fiesta
Con estas razones
te diré el significado de la armonía
-comunión de la lumbre
ceñida a la ilusión de los peregrinos-
Así te entiendo
como mi mundo en tránsito
siempre de fiesta
cuando mi paso es la palabra célebre
opción que da crédito
a la densidad que nos separa.
AMOR FUGITIVO
ResponderEliminarAlgo me quedó de la luz
cedida a la tentación
de los tiempos primitivos.
Mujer de aquella edad
capaz de cargar los pormenores
de un mundo gris
Capaz de elegir una mano
que lavara despacio
el lugar donde se pone el sol
Hubiese sido peor
sin el caudal de la memoria mía
sin mis ojos solidarios con la melancolía
Llora en el bosque el espíritu
como un escarabajo sepultado
por la negrura de la lluvia
Más allá de la ventana
quién contará mi vida con la tuya?
pájaro negro
amado por los eternos jardines
AMOR DOLIENTE
ResponderEliminarLecho amargo
el delirio de las enfermedades
que dejan atrás el historial de Dios
Se han gastado
las garzas entre los pastos
todo se ha ido
con el frío de los maltrechos nidos
Serán repartidos
en rutas desconocidas
los pájaros que huyen
del árbol caído
sin pausa,las hebras no tienen confín
Mis pupilas sin brillo
ya nada significan
sobre la piel de las gaviotas
La tierra tendida intuye un mundo
que sin más deseo
muere por ver a Dios
El amor embriagado
pasa ligero
sin más ruinas
que el huésped y el cadáver
AMOR DOLIENTE
ResponderEliminarLecho amargo el delirio de las enfermedades
que dejan atrás el historial de Dios.
Se han gastado
las garzas entre los pastos
todo se ha ido
con el frío de los maltrechos nidos.
Serán repartidos
en rutas desconocidas
los pájaros que huyen del árbol caído.
Sin pausa,las hebras no tienen confín.
Mis pupilas sin brillo
ya nada significan
sobre la piel de las gaviotas.
La tierra tendida
intuye un mundo
que sin más deseo
muere por ver a Dios.
El amor embriagado
pasa ligero
sin más ruinas
que el huésped y el cadáver.
EL ALBA
ResponderEliminarEl alba abre espacios
el azul siembra pájaros
la vida se agita.
En plena ciudad
pienso en el ser ausente
que afila las tinieblas
y asoma la indulgencia.
Escucho su voz
me acompaña discreta
sin poder remediar
los errores que viajan con el instinto.
Siempre habá montañas en procesión
enfáticas con los destinos de la tierra
a la luz de un melódico día.
Siempre habrá una aurora que sonría
cuando los sucesos del mundo
desfilan fugaces en el venerable amanecer.
CASO DIFÍCIL
ResponderEliminarComienza la danza de los peces
los herejes no le temen a las latitudes.
Caso difícil
es este lamento
presagio que aleja a las mariposas
Caso difícil
es el paso de mi alma
por saber que el viento
pudiera mezclar metales
en ella.
Yo pediré
por las provisiones
por una nueva armadura
por la lumbre en los hogares
por los amaneceres cargados de honores
por el pájaro que abre su vuelo
por el laurel
por la victoria de reconocerme en tránsito
en el húmedo límite del bosque,
.
Verdaderamente hermoso, mi querida Lucía.
ResponderEliminarGracias poeta .Un abrazo
EliminarAMOR TARDÍO
ResponderEliminarEl amor es tardío
y este cielo se anida en un estanque
Las mañanas vienen en un barco
sortean los pesares
Se repite el sonido de los grillos
Se distingue la tristeza
en el semblante de las orillas
Sólo escucho el ritmo
que empobrece al bosque
y los dardos a voluntad del fruto
Reclamo lo imposible
amotinado en la fina arena del porvenir
en las pulsaciones embalsamadas del firmamento
Rastrea el viento
la diversidad del cactus
se lleva mis gemidos
para quien olvida a la primavera
MÚSICA Y ALABANZAS
ResponderEliminarSeñor:
Dame un cuerpo
para remontar los desperdicios
te mostraré como los príncipes de la iglesia
anuncian en alabanzas
el desgaste de los bosques
Escúchame
soy una voz abandonada
el metálico paso de la primavera
Soy aquella tarde gris nutrida por el orden
sofocada en los cementerios
Hay penas
en los muelles
en los insanos
porque Dios desviste a la serpiente
y se encierra en el sabor prohibido
Los pétalos y los retoños
se despiden ante la amenaza del ácido
Música y alabanzas
en el enjambre de las abejas
los zamuros ofrecen en dosis
el mar olor de los veranos
El incienso conduce a la fuente seca
al desvelo del arco
rendido y extremado
El planeta custodia el lugar
donde estará la casa etérea
Si muriera hoy
resumiera el mundo
en el follaje vanamente calcinado
y en los vientos de aquel norte
que Dios me cede desde lo alto
Mi prøximo poemario a publicar:LA CERTEZA DE LO INMÓVIL ,Preparàndolo desde enero del 2011...
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